Como hemos discutido antes, el aprendizaje informal en las organizaciones se da de manera libre, oportunista y espontánea durante las interacciones de personas que desarrollan un mismo conjunto de tareas en un momento y espacio determinados. Es un aprendizaje que ha surgido a partir de la necesidad de información para terminar una tarea o por simple curiosidad; en este sentido, no es un aprendizaje que se da a raíz de una formación específica ofrecida por la organización, se trata más bien de uno que nace desde los colaboradores. El aprendizaje informal ha ido ganando relevancia en el mundo de las organizaciones, y en la actualidad algunos estudios estiman que casi el
Como hemos discutido antes, el aprendizaje informal en las organizaciones se da de manera libre, oportunista y espontánea durante las interacciones de personas que desarrollan un mismo conjunto de tareas en un momento y espacio determinados. Es un aprendizaje que ha surgido a partir de la necesidad de información para terminar una tarea o por simple curiosidad; en este sentido, no es un aprendizaje que se da a raíz de una formación específica ofrecida por la organización, se trata más bien de uno que nace desde los colaboradores. El aprendizaje informal ha ido ganando relevancia en el mundo de las organizaciones, y en la actualidad algunos estudios estiman que casi el 80% de lo que aprenden los colaboradores en el ámbito laboral lo aprenden de manera informal (Noe, Clark & Kleine, 2014; Tannenbaum et al, 2010).
Algunas investigaciones llaman a este tipo de aprendizaje, “aprendizaje a pedido” (cf. McLouglin & Lee, 2007): ocurre cuando se le necesita, no cuando se le planifica. Los colaboradores se convierten en agentes de su propio aprendizaje: buscando recursos, preguntando a sus compañeros, buscando entre la documentación disponible, o consultando en la web. Así

80% de lo que aprenden los colaboradores en el ámbito laboral lo aprenden de manera informal (Noe, Clark & Kleine, 2014; Tannenbaum et al, 2010).
Algunas investigaciones llaman a este tipo de aprendizaje, “aprendizaje a pedido” (cf. McLouglin & Lee, 2007): ocurre cuando se le necesita, no cuando se le planifica. Los colaboradores se convierten en agentes de su propio aprendizaje: buscando recursos, preguntando a sus compañeros, buscando entre la documentación disponible, o consultando en la web. Así pues, se pasa de una posición pasiva a una activa, en relación a cuándo, dónde y qué aprender; este es un protagonismo muy importante, que creepues, se pasa de una posición pasiva a una activa, en relación a cuándo, dónde y qué aprender; este es un protagonismo muy importante, que creemos se ha de fomentar desde las organizaciones, sin por ello quitar el cariz espontáneo y activo a este tipo de aprendizajes.

Es importante destacar que muchas veces este aprendizaje informal puede darse sin necesidad que el colaborador perciba que en efecto está aprendiendo algo, lo cual puede derivar en situaciones tales como el no poder hacer las asociaciones necesarias entre lo que recién se ha aprendido y los conocimientos previos, o el aprehender información inconsistente, incoherente o no adaptada a la realidad de la organización. Asimismo, se puede aprender un error aceptado entre los otros compañeros que han adquirido y ahora traspasado tal conducta. En todo caso, el ejercicio de validar lo que se aprende dependerá del contexto y de la aproximación que el colaborador tenga hacia este proceso.